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martes, 20 de enero de 2009

Los médicos que la cagaron. La publicidad, el tabaco y los médicos.


No es un tema de rehabilitación, aunque hagamos rehabilitación respiratoria de enfermedades pulmonares varias, muchas relacionadas con el tabaco como EPOC. ¿Cómo convencer a alquien de que deje de fumar cuando los propios médicos fuman?
Se ha dicho mucho sobre el tabaco pero poco es lo que se recuerda. ¿Alguien recuerda a los diputados del congreso fumando durante los plenos? ¿Las sesiones clínicas de neumología con los ceniceros a rebosar? ¿Los pacientes fumando sentados en las escaleras o en la misma habitación triple?



Alguna de las escenas que me horrorizaron de estudiante las ví en la planta de cirugía vascualar. Allí podía verse a pacientes a los que les habían amputado piernas y dedos de las manos por problemas vasculares asociados al tabajo fumando con los dedos y muñones que les queadaban. ¡Y nadie podía decirlees nada!



Más médicos fuman Camels que cualquier otro cigarrillo.







Es paradójico que una de las cosas que más se dicen de los médicos como que siempre están aconsejando dejar de fumar es sin embargo algo relativamente nuevo y totalmente contrario a lo que se hacía en esta publicidad.

Pero el mundo de la publicidad no solo hacía a las personas caer en este tipo de errores. Sea un reflejo de la forma de pensar de una época o una manera de decirle a la gente cómo tiene que ser la verdad es que simplemente es chocante.



Cómo ser feliz en la cocina. Preparados para la readaptación del macho ibérico.
Por favor... deje a su mujer entrar en la sala de estar! Comprelé un lavaplatos Hotpoint.
¿Como puede alguien tan hermosa ser tan increible limpiando?
El verdadero misterio es cómo puedes limpiar tan rápido. Sobre todo mientras el marido está leyendo en vez de ayudando.
¡Recien casada y ya con 340 toneladas de platos sucios esperando! Directamente el macho va llevado por unas señoritas.

Esta dedicada para el Ministerio de Igualdad. La secretaria y el jefe están de acuerdo.

Hubo un tiempo en que cuando los médicos de pelo en pecho iban a pasar visita las enfermeras les seguían dando saltitos. Si hubieran tenido rabo probablemente lo irían moviendo tambíen. Un médico dictaba el informe a su secretaria que mecanografíaba. Los residentes se ocupaban de dejarle todo preparado al señó doxtó, que era una eminencia a la que no se podía molestar. En las facultades de medicina había 3 mujeres por cada 150 hombres. El mundo estaba más ordenado y era más injusto. Que los médicos vendieran tabaco es tan solo anecdótico. Pero hay quien añora aquellos años como la época dorada de la medicina.


Autor:
Samuel Franco Domínguez

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